Repensar la práctica de la computación forense exige altos compromisos de investigación y desarrollo tanto de la academia como de la industria, que de manera conjunta utilicen lo mejor de sus recursos para afinar las herramientas forenses informáticas disponibles frente a los retos actuales e iniciar el desarrollo de aplicaciones forenses que apliquen heurísticas, semejantes a las que están disponibles en los sistemas antivirus, que permitan advertir posibles usos de métodos anti-forenses en los medios investigados.
De igual forma, se requiere que la administración de justicia y los entes de policía judicial, avancen de manera coordinada con el legislador, para entrar en una dinámica de entrenamiento técnico y ajuste de las regulaciones que permita tanto a los investigadores de campo como a las organizaciones, construir marcos de acción que sean confiables y válidos tanto desde el punto de vista jurídico como tecnológico. Es importante anotar, que la integración de la tecnología y el ordenamiento jurídico, es un proceso que exige desaprender de lo que conocemos, para abrir la mente hacia las posibilidades y limitaciones que brindan los nuevos desarrollos tecnológicos, así como, aprovecharnos de lo expuesto en las regulaciones actuales, para potenciar los procedimientos tecnológicos actuales y futuros.
Repensar las investigaciones forenses, implica estudiar y analizar los vectores de ataques y tendencias en inseguridad informática presentes en las infraestructuras computacionales y aplicaciones, para seguirles la pista a los atacantes y sus estrategias, de tal forma que se pueda incorporar nuevas distinciones de análisis en los procesos forenses que se adelanten.
No podemos crecer en la práctica y en el mejoramiento de los informes de pericias forenses en informática sin evidenciar la fuente misma de las investigaciones: las fallas o problemas. Bien dice Ackoff (ACKOFF, R y ADDISON, H. 2007, pág.21) que el futuro estará mejor fundado si lo consideramos en función de las posibilidades y no de las probabilidades.